Habituados en este  tiempo a presenciar el corrimiento de nuestro hacer hacia el desarrollo del oficio del buen construir, es necesario hacer evidente aquella condición primaria que nos distingue como arquitectos Sudamericanos, el desarrollo del buen pensar. Condición primaria para los que habitamos una región, que todavía se esfuerza por construir un modo propio de ver las cosas, mas integrado, complementario y fundamentalmente desarrollado desde este lugar.

Intelectuales antes que profesionales, nos sabemos parte de un colectivo que nos abarca, desde nuestra posibilidad de acción transformadora donde tenemos un rol protagónico en el compromiso de su mejor construcción. El ejercicio de la arquitectura y las operaciones sobre el territorio son herramientas ideológicas por demás aptas para este rol, para eso nos formamos y ejercemos la enseñanza, los que abrazamos también la actividad académica, como herramienta de transformación.

El futuro de nuestra matriz territorial Regional, ligada a los nuevos marcos geopolíticos globales se esta definiendo según parámetros muy alejados de nuestras mesas de discusión. 

El territorio sudamericano organizado en términos infraestructurales siempre desde afuera, expresa la condición extractiva que lamentablemente define nuestra historia económica regional. Desarrollado sobre sus bordes continentales concentra fundamentalmente sobre las Ciudades-Puerto Atlánticas los puntos de intercambio principales, simultáneamente un interior continental difuso y poco integrado proveedor de materia prima, expresa un modelo territorial desequilibrado y muy poco inteligente.

El crecimiento de China como primer potencia económica mundial tensiona la región hacia el Pacífico, Sudamérica se da vuelta y en este nuevo esfuerzo los corredores bioceánicos juegan un rol protagónico en las mesas de discusión continental . Por otra parte las operaciones de infraestructura que los posibilitan, financiadas por los mismos capitales que las promueven, siguen confirmando un modelo repetido al cual asistimos con abrumadora ingenuidad.

La región transito recientemente una oportunidad única en términos políticos para pensar en esta dimensión el continente del sur de un modo mas integrado y complementario. Ninguna huella infraestructural de vinculo supranacional que favorezcan los intercambios económicos entre nuestros países de un modo mas inteligente, dejo ese maravilloso tiempo que transitamos. 

La posibilidad de pensar Sudamérica como un todo de un modo estratégico con nuevas obras de infraestructuras hídricas, ferroviarias y terrestres para el intercambio mas apto de economías complementarias dentro del continente, formo parte de una oportunidad histórica que dejamos pasar y se constituye en un desafío vigente. 

Entender la nueva escala de la arquitectura y nuestro rol activo en la construcción de esas decisiones estratégicas , son parte de nuestra responsabilidad central, ligado sobre todo, al preocupante devenir político, producido en nuestra Región durante estos últimos años.

Afirmamos estas convicciones seguros de que nuestra vocación excede lo profesional y nos  compromete fuertemente como protagonistas en la construcción de una región mas justa, equilibrada socialmente y fundamentalmente integrada. 

Lo hacemos junto a todos aquellos que eligen habitar y transformar , el sur del continente americano.

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