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¿FADU FEMINISTA?

María Giuffra

Desde hace un tiempo hasta hoy vivimos inmersos en una inmensa crisis mundial de valores y de éticas. Crisis económico social generada por las avaricias del sistema capitalista y sus buitres servidores. Una de sus patas y sostenes viene dando batalla contra la gran fuerza feminista que viene golpeándola fuertemente desde hace ya varios años. El patriarcado es una de las patas del capitalismo, sin la cual seguir implantando injusticias, se vería más complicado. Justamente el movimiento feminista mundial pone en evidencia la arbitrariedad de los valores presentados como “verdades” por este sistema. Una de esas “verdades” de cotillón es esa medieval idea de que el hombre “es mejor” que la mujer. 


Estamos en el 2019 y sin embargo en ciertos aspectos no lo parece. Muy bien podríamos decir que estamos aún en 1928, cuando no había mujeres arquitectas. La primera egresada mujer arquitecta de nuestra casa, la FADU,  fue Filandia Elisa Pizzul en 1929. Tal vez sólo esa fecha no nos diga mucho, pero si la comparamos con la fecha del primer egresado arquitecto es otra cosa: 1878 Ernesto Bunge. Cincuenta y un años nos tomamos como nación en equiparar nuestros derechos como estudiantes. Hoy puedo comparar nuestra época con 1928 porque si bien tenemos egresadas arquitectas mujeres, tantas y más que hombres, no lo pareciera a la hora de analizar la titularidad de las 27 cátedras de la materia “Arquitectura”, materia troncal en esa carrera. ¿Cómo es posible que desde el año 2000 las arquitectas egresadas de la FADU sean más del 50%  del total y no tengamos titulares mujeres en la materia troncal de dicha carrera? 

 

 

Evidentemente, como carrera y como Facultad, no estamos a la altura de las circunstancias, no estamos a la altura de la historia que nos toca vivir y protagonizar. Por otro lado, como alumna, como feminista y como mujer, me toca “elegir” cátedra, como si realmente pudiera de hecho, “elegir”. Como alumna quisiera poder elegir una cátedra cuya titular sea mujer, cuya mirada y enfoque sean feminista, cuya propuesta sea de avanzada. No existe, no hay eso que quisiera tener el derecho a elegir, pero elegir de verdad. Como alumna y feminista tendré que cursar la materia troncal de la carrera en una cátedra con un titular hombre, otra no queda. Muchas otras cátedras comparten titularidad entre varios…hombres. Veo las fotos: 2, 3, 4, 5 titulares hombres. Los miro y me pregunto si realmente no se dan cuenta de algo tan evidente: ¡ahí faltan las mujeres!


Por favor, ¡despertemos! Abramos los ojos. No nos sirven las excusas, ya me las dijeron todas: que no se presentan “tantas” mujeres como hombres a los concursos, que “no son tan contundentes”,  que “no tienen banca”,  que “es como en todos lados”, que “prefieren otros cargos”, que “por la maternidad”, que “es mucho trabajo y esfuerzo”, etc, etc. No nos tienen que interesar, todas responden al mismo patrón: patriarcado. Es la única respuesta a cada una de las excusas para justificar lo injustificable, para esconder lo que en verdad somos como Carrera de Arquitectura de la FADU: unos cavernícolas con valores primitivos y retrógrados. Sí, la UBA, tan reconocida mundialmente, con tantos orgullos que nos llenan el alma. Esa misma casa abraza también, tan contradictoriamente como el ser humano mismo, una injusticia que nos ata a las peores valoraciones del pasado: el machismo. Sutil y naturalizado, avanza feroz por las aulas de nuestra carrera. Se despacha en algunos profesores con problemas misóginos, se despacha entre colegas docentes, incluso entre los hombres de “seguridad” y las alumnas. El mundo evoluciona, avanza en las calles la revolución feminista y nosotros seguimos en 1928. 


Son muchos los aspectos que me llenan de orgullo el pertenecer a la UBA y también a la FADU. Creo profundamente en la universidad pública y de prestigio como lo somos, creo también que podemos ser mejores. O tal vez que DEBEMOS ser mejores. Si tan de avanzada somos en otros aspectos, ¿qué nos pasa con la lucha feminista mundial? ¿Nos es indiferente? ¿Nos es irrelevante? Creo que es inadmisible que como Universidad Pública y como principal carrera dentro de la Facultad de Diseño no seamos reflejo de nuestra época, de nuestro contexto y de nuestra realidad histórica. Tal vez sea sólo un letargo que se excede en el tiempo. Sería también un fuerte orgullo que podamos exponernos mundialmente como ejemplo de avanzada en la lucha feminista.


¿Cuáles son los aspectos que hacen que no tengamos titulares mujeres en la materia troncal de la carrera de Arquitectura? Por un lado como alumna debo decir que el nivel de desinterés político estudiantil en nuestra facultad, es llamativo. Dado que estamos hablando del período del ser humano más “rebelde” dentro de lo posible, es de notar el nivel de superficialidad con que los estudiantes de FADU desarrollan sus carreras. No se involucran casi con nada más allá de lo estrictamente detallado en los programas de las materias. La palabra “política” es tabú en la mayoría estudiantil. El nivel de debate en las aulas es bajísimo y pobrísimo. Dentro de este contexto es de esperar que la lucha feminista a nivel mundial no se vea reflejada tampoco entre los estudiantes ya que en ellos no se ve reflejada casi ninguna lucha. Es como si estuvieran anestesiados en su gran mayoría. Las y los estudiantes politizados son pocos, y todos les conocemos las caras ya que se repiten una y otra vez en las aulas intentando despertar los cerebros de sus compañeros. Ellos mismos se deben de ver como marcianos, como parias en su propio contexto, rodeados de otras jóvenes y otros jóvenes que no comparten sus intereses.


¿Qué sucede con las docentes de la carrera de arquitectura? Mi experiencia como alumna, siendo que me faltan 3 materias para terminar la carrera, es que tenemos docentes mujeres increíbles, admirables. Luchadoras, apasionadas, generosas, compinches, mucho más que los hombres que en general se ven recelosos de tener alumnas mujeres que pueden hablar de igual a igual con un docente. A muchos docentes hombres les molesta, les incomoda que nos pongamos a su altura, a su nivel, aunque sea como seres humanos que ambos somos, justamente porque yo soy alumna y mujer. 


¿Qué sucede luego de egresadas las arquitectas que no llegamos a titulares de cátedra de Diseño? Evidentemente es un tema interesante pero sobre todo complejo que no pretendo contestar, sólo plantear su existencia, que si bien es evidente y obvia a los ojos de cualquiera, no es un tema del que se hable en nuestra facultad, ni se muestre interés alguno en modificar. 


Me pregunto: ¿qué tipo de Arquitectura crearía la FADU si tuviéramos más titulares mujeres en Diseño? Evidentemente estamos en medio de esa búsqueda, de esa lucha, que vemos y sentimos como inevitable y que viene por todo, tarde o temprano también vendrá por la mayoría en la titularidad de la materia troncal de nuestra carrera Arquitectura.


 
DATOS:

1878 la Universidad de Buenos Aires expidió el primer diploma de Arquitecto -una reválida- al arquitecto Ernesto Bunge, argentino pero formado en Alemania. Inmediatamente, el 2 de septiembre de ese mismo año, el segundo título fue expedido para el primer arquitecto egresado de la U.B.A.: Juan Antonio Buschiazzo. En 1929 egresó la primera Arquitecta: Filandia Elisa Pizzul.

(Gustavo A. Brandariz, Arquitecto. Profesor Titular e Investigador.

Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo

Universidad de Buenos Aires . 

“Breve historia de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires”)

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